domingo, 22 de mayo de 2016

Frente al desprestigio del Empleado Público, surge la idea de Gobierno Abierto.

     Durante años, los ciudadanos hemos tenido la impresión de que los funcionarios eran esas personas que estaban detrás de un mostrador y de los que te separaba una cola interminable. Cuando por fin llegabas, de mala gana te enviaba a otra ventanilla, en el mejor de los casos, o te faltaba algún impreso del que no te informó en tu visita anterior. Los trámites burocráticos eran oscuros, lentos, largos, costosos, agotadores y a veces no se resolvían en su plazo.

     La revolución tecnológica, aunque no siempre tan rápida como debiera, ha llegado a las Administraciones Públicas y con ella el acceso a la ciudadanía, la simplificación burocrática y la idea de Gobierno Abierto.

    Los principios básicos de esta idea tienen su origen en el Memorando sobre Transparencia y Gobierno Abierto que el presidente Obama lanzara al inicio de su mandato. Los ejes sobre los que se sustenta son: la transparencia, la participación y la colaboración.

     El gobierno de Obama, comprometido públicamente con estas políticas, las basa en un nuevo modelo de relación entre gobernantes, administraciones y sociedad, mostrándose transparente, multidireccional, colaborativo y orientado a la participación ciudadana en el seguimiento de las políticas y en la toma de decisiones públicas. Abogando por una evolución del actual sistema de democracia hacia un modelo más participativo; los ciudadanos pueden participar en la gestión pública y corresponsabilizarse de la misma.

     En una situación de crisis de confianza hacia la clase política y el gobierno, establece la transparencia de las instituciones, que repercutirá en la mejora de los servicios públicos y la recuperación de la confianza de la ciudadanía en la clase política y en los gestores públicos. A su vez, gracias a este acercamiento ciudadano-institucional y a partir del análisis de la información que proporciona el sector público, es posible utilizar estos datos para elaborar estrategias de regeneración política, social y económica.

     Mucho camino nos queda aún por recorrer hasta que consolidemos este proyecto, las organizaciones que no son transparentes y participativas están condenadas a desaparecer, pero la implantación de cualquier proceso de transparencia y participación requiere una ciudadanía activa. No todos los empleados públicos actuales están preparados para esta nueva concepción del trabajo y por ende la mayor parte de la ciudadanía aún desconoce para qué sirve un certificado digital. Entiendo que sería necesaria una renovación tecnológica para que ésta no suponga una brecha entre la ciudadanía y la administración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario